un lugar lleno de arte y buen gusto, con un desayuno delicioso y fresco cada mañana, y David y Pilar te hacen sentir excepcionalmente bienvenidos. Es una experiencia única.

faltaban más opciones de bares cercanos 😅.

Una experiencia artística y acogedora

Nuestra estancia fue maravillosa. La casa es una mezcla increíble de arte y confort, con un ambiente cálido proporcionado por las obras del anfitrión, David. El desayuno junto a la chimenea fue una grata sorpresa, lleno de delicias caseras. Sin embargo, al ser solo una noche, no pudimos disfrutar tanto todo lo que ofrece el entorno.

Ojito con esta reseña…

Un lugar encantador rodeado de arte y naturaleza. David, el anfitrión, es excepcional y nos ayudó con la ubicación para cenar. Es perfecto para deportistas, con buenas rutas y espacio para bicicletas. Sin embargo, la oferta gastronómica en el pueblo es limitada, así que preparen su propia comida.

El ambiente artístico y acogedor me encantó, con una decoración vibrante que realmente hace que te sientas en un lugar especial.

Lamentablemente, la cama no era del todo cómoda, ya que eran dos camas juntas. Además, la oferta de bares en el pueblo es bastante limitada, especialmente al inicio de la semana, lo que hizo que las opciones para cenar fueran escasas. Me hubiese gustado tener más variedad para elegir y no depender solo de lugares cercanos.

La casa tiene un jardín hermoso y las habitaciones están decoradas con arte vibrante. Me encantó el trato que recibimos.

me sentí bienvenido, no tengo ninguna pega

Habitaciones bien equipadas, con limpieza correcta. Ideal para deportistas, ya que hay espacio suficiente para guardar bicicletas.

La cama en la habitación no es 100% doble, sino dos juntas, lo que puede ser un inconveniente para algunos. Además, la oferta de bares en el pueblo es escasa, especialmente de lunes a miércoles.

Encantadora galería de arte hecha hotel.

El arte, el ambiente, el desayuno delicioso fue realmente excepcional.

Estancia en un lugar único y acogedor, habitaciones con arte vibrante y vistas al río. Desayuno delicioso y abundante. David, el anfitrión, siempre dispuesto a ayudar y aconsejar sobre la zona, un verdadero regalo para los sentidos.